Este domingo el gobernador Ricardo Quintela cierra su agenda despidiendo al presidente Fernández luego de un encuentro de gobernadores que puso a La Rioja en el centro de la escena nacional. El conclave significó un relanzamiento del Frente de Todos, en clave federal, luego de la derrota del espacio a nivel nacional.


El lugar elegido por el Presidente para el encuentro de gobernadores no es fortuito, se relaciona directamente con el referente provincial y los resultados obtenidos en su distrito. Esto más allá de la cuestión simbólica histórica.

 

La premisa de encarar el proceso electoral “con el peronismo unido y la comunidad organizada”, marcada por Ricardo Quintela, fructificó con una contundente victoria en todos los departamentos de La Rioja.

 

Decir peronismo unido y comunidad organizada, puede sonar a consigna de panfleto para quienes no interpretan lo que esto supone a nivel de ingeniería electoral. En La Rioja, el Frente de Todos contó con el aval de alrededor de 400 organizaciones de diversa índole y cerró con tres listas internas, lo que habilitó la participación de todos los sectores, incluidos los de raigambre más liberal dentro del PJ.

 

La potencia de la consigna ordenada por Quintela se legitimó con resultados. Puntualmente la misma se tradujo en la solvencia con la que se leyó y actuó en el territorio, conteniendo las expectativas y los votos que quizás no alcanzaron a contenerse con las políticas que dependen del ritmo de la recuperación económica. “No tengan miedo de darle a quien les pide”, orientó a la dirigencia el mandatario provincial, con lágrimas en los ojos, cuando brindaba un discurso en la ciudad de Chamical.

 

Sin embargo, esta llegada al territorio no habría sido suficiente para ganar sin la base que otorga una gestión de gobierno eficaz, en el manejo de la pandemia y sus consecuencias para los diversos sectores, e igualmente eficiente para desarrollar acciones que pusieran en perspectiva el proyecto de provincia comprometido en campaña, algo que se logró en tiempo récord. Recuperación del empleo con la industria, obra pública, empleados estatales, etc.

 

Aun así, esto podría no alcanzar para entender porque La Rioja fue sede de esta cumbre de salida a una crisis interna del Frente plantada con acento federal. Entonces vale señalar también la coherencia entre lo declamado y practicado al respecto. En este sentido, es mérito del equipo de gobierno riojano, haber puesto toda su energía y capacidad para mostrar la voluntad política de construir una nueva institucionalidad para el federalismo. Quedó claro que para este propósito no basta diseñar desde un sillón; hace falta salir del espacio de confort y llevar adelante el rol de funcionario sin dejar de caminar políticamente el territorio. Y no solo eso, además hace falta liderar con el ejemplo la conducción para que se produzca la articulación interinstitucional. Por otro lado, hace falta capacidad técnica para viabilizar la iniciativa con las aéreas nacionales; y garra, para hacer un seguimiento político que implica golpear puertas en sedes nacionales, una labor que Quintela asumió desde el primer día.

 

Tras las PASO, el contrapunto entre Cristina y Alberto funcionó como un diálogo de posicionamientos hacia el interior del Frente, que no venían siendo visibilizados y resueltos y restaban potencia. Lo positivo de esto, es que la crisis es oportunidad y mal que le pese al conglomerado mediático hegemónico, la misma escaló a un nivel que en un principio terminó tapando la noticia de la derrota, luego instaló una agenda de temas centrales para la vida de las grandes mayorías, que en otro contexto no habrían tomado notoriedad y finalmente habilitó una instancia, vía cambios en el gabinete y cumbre de gobernadores, que promete revertir el resultado.

 

«La Presidenta es el cuadro político más importante de la última década, no solamente de Argentina, de América; y está a la altura de las estadistas más importantes del mundo, al igual que Alberto», comentaría Ricardo Quintela sobre Cristina Fernández de Kirchner a un medio local.

 

Con los resultados a la vista, Ricardo Quintela merecía la distinción de que se eligiera esta provincia como sede para una cumbre histórica del Frente de Todos, desde la cual los principales referentes territoriales del país asumieron el compromiso de superar los errores que llevaron a una derrota a nivel nacional, pero también, un compromiso para redoblar sus esfuerzo y conservar la unidad en nombre de un interés supremo.

 

Al cierre del Encuentro, el anfitrión expresó: “Pudimos sacar una propuesta común, un compromiso de todas las provincias argentinas que conducen nuestro espacio, para trabajar fuertemente en revertir esta situación, en beneficio fundamentalmente de las argentinas y argentinos”, y remarcó: “no hay nada más importante que los intereses de los argentinos y argentinas, están por sobre los intereses de los sectores, de los partidos políticos y de cada uno de nosotros que los integramos”. Tan peronista, tan simple y tan profundo como se esté dispuesto asumirse.

 

A esta altura del análisis podemos decir con todo derecho que “el federalismo vuelve a suceder”, como fenómeno que honra nuestra historia de lucha; hoy asumiendo el protagonismo por la unidad nacional y en camino de construir una participación más justa en el desarrollo de la Patria.