Dicen que no tiene porqué haber un impacto inflacionario y que con los valores de venta congelados desde mayo, igual el Índice de Precios al Consumidor no paró de crecer.

Destacaron la recuperación a los niveles prepandemia, pero señalan que se sigue por debajo de 2018, antes de la recesión.

 

Los dueños de expendedoras de nafta, nucleados en la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha), alertaron por el atraso en el precio del combustible y resaltaron que la «inflación siguió subiendo» a pesar del congelamiento. Desde mayo el litro de súper en YPF se consigue a $90,40

 

Advirtieron que el atraso en surtidores es del 12%, sin contar la parte impositiva que está frenada por el Gobierno hasta el próximo 1º de diciembre. De todos modos, según los datos del informe de octubre 2021 del Sistema Estadístico del Expendio de Combustibles en Argentina que elabora Cecha, se alcanzó a los niveles prepandemia en cuanto a ventas de combustible líquido, aunque quedó un 3,3% por debajo de abril de 2018.

 

Desde el 16 de mayo 2021, fecha del último aumento, el litro de nafta súper se consigue en YPF a $90,40, por lo que con el aumento del 12% debería llegar a un valor de, al menos, $101,24.

 

«La actualización paulatina de los precios de los combustibles le hace bien a la Argentina y a la industria porque necesitamos generar empleo, autoabastecimiento e inversiones», aseguró Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha.

 

Ese valor es similar al que actualmente manejan las naftas premium. Cecha pidió que la actualización «se haga de forma paulatina» para evitar que los argentinos «no se levanten de un día para el otro con un precio que sea impagable».

 

La entidad detalló que, del monto total por la carga de un tanque de nafta, tomando en cuenta el costo del combustible pagado a las petroleras y lo que se destina al Estado, «quedan $389,09 (7,8%) en la estación de servicio, que tienen que destinarse a garantizar su funcionamiento las 24 horas del día, los 365 días del año».

 

«Este monto es insuficiente para permitir una rentabilidad razonable de las estaciones de servicio, y ocurre cada vez que los precios de los productos vendidos se atrasan en comparación con los costos del servicio (entre otros, los salarios del sector)», dijeron.

 

A su vez, el informe de Cecha destacó que un salario mínimo de un operario de playa que está en los 77.000 pesos brutos «equivale a casi 800 litros de nafta súper, el máximo valor en 10 años, a excepción de los últimos meses de 2017».

 

Justificaron el pedido de aumento en el «punto de equilibrio» de la actividad y plantearon que más de la mitad de las estaciones de servicio del país, alrededor de 2500, quedaron por debajo.

 

Graficaron que «el punto de equilibrio de una expendedora con dos operarios de playa por turno, un cubrefrancos, un encargado de turno y un empleado administrativo es actualmente de 315.000 litros, volumen mensual que no alcanza el 52,6% de las estaciones de servicio del país», explicó el estudio.

 

En cuanto a la inflación, el informe de la entidad señaló que, durante los últimos seis meses, con los combustibles congelados, el IPC se aceleró en un 13,1%.

 

“Entendemos que es vital combatir este mito, porque le abre la puerta a aumentos discrecionales por parte de algunos vivos, que aumentan por las dudas un 5% cuando la nafta sube 5%, aún cuando el combustible no es una parte representativa de sus costos. Esto genera luego que los combustibles sufran largos congelamientos, que no combaten la inflación y para nosotros son dramáticos”, expresó el presidente de Cecha.