Según el más reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) el 31,4% de los ciudadanos argentinos (13,5 millones de personas) vive por debajo del límite de pobreza, un 48% de los cuales son niños de hasta 14 años.

La indigencia llegó al 5,9% (2,5 millones de habitantes), en claro aumento.

 

Agustín Salvia, director del Observatorio, manifestó en diálogo con Infobae: “En la Argentina sigue existiendo un tercio de la población que vive bajo una pobreza estructural y esta situación vemos que no cambió a pesar de algunas mejoras que se ven en la economía”.

 

Más allá de que la nueva medición de la UCA incorpora algunas variables multidimensionales que otros estudios, entre ellos los del INDEC, no suelen tomar en cuenta, se constata una tendencia general que no va en el sentido de una reducción significativa de la pobreza, más allá de los discursos oficiales al respecto.

 

Según Salvia, “los resultados de la nueva muestra metodológica que hicimos exponen que el efecto derrame deseado por algunos dirigentes políticos no llegó a las capas bajas aún y la caída de la pobreza es leve”. El director del Observatorio añadió que “las tasas de pobreza extrema revelan cierta continuidad a lo largo del período dando cuenta de mayores dificultades de mejora en el extremo más bajo de la estructura social”.

 

Si bien las estadísticas de pobreza pueden haber retrocedido algunas décimas, la indigencia ha crecido notoriamente, particularmente en el conurbano bonaerense. En el tercer cordón del conurbano la pobreza llega al 27,8% y la indigencia al 7,9%. Al mismo tiempo, los sectores más acomodados de la sociedad han multiplicado sus ganancias en los dos últimos años, lo que indica una clara tendencia a una polarización social con ricos más ricos y pobres más pobres.