“Prender fuego a edificios, quemar automóviles, destruir propiedades” son actos destructivos, dijo el presidente estadounidense.

 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó anoche el brote de violencia en la ciudad de Ferguson a raíz de la absolución del policía que mató a un joven negro en agosto pasado. “Prender fuego a edificios, quemar automóviles, destruir propiedades” son actos destructivos “y no hay excusas para ello”, aseguró el mandatario.

El mandatario también hizo referencia a la violencia policial y a la injusticia judicial respecto de las minorías que viven en Estados Unidos. “Este problema no es sólo un problema de Ferguson, es un problema estadounidense”, remarcó Obama en un discurso en Chicago.

Según Obama, “si una parte de la comunidad estadounidense no se siente bienvenida o trata igualmente, la cosa pone a todos en riesgo”.

El resultado de la inconformidad con el fallo de la Justicia fueron reiterados actos de violencia que dejaron unos 20 edificios destruidos, patrulleros de la Policía quemados, y más de 70 manifestantes detenidos en medio de corridas y gases lacrimógenos.

Por temor a nuevos disturbios en Ferguson, las autoridades de Estados Unidos reforzaron la Guardia Nacional. El gobernador del estado de Missouri, Jay Nixon, dijo que se desplegarán más de 2.000 soldados en la pequeña ciudad y los alrededores. “La violencia que vimos no se puede repetir”.