Pese al difícil contexto que se vive en el oficialismo desde las PASO, en el gabinete bonaerense recibieron la noticia con entusiasmo.

Mauricio Macri recibió este sábado a la mañana en la quinta de Los Abrojos a María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña. Durante el desayuno, se volvió a hablar de la necesidad de realizar cambios en Economía. Nicolás Dujovne ya había anticipado su deseo de irse y tenía su renuncia redactada. El problema era que no había demasiados voluntarios para ocupar su lugar por los próximos cuatro meses que, todos saben, serán por lo menos movidos.

 

Allí se terminó de resolver que el reemplazante sería el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, uno de los nombres que había sonado fuerte durante la semana. El ministro estaba de vacaciones en Neuquén. Primero lo llamó Vidal y poco después el Presidente. Más tarde, regresó a Buenos Aires.

 

En el gabinete bonaerense recibieron la noticia con entusiasmo en medio de desánimo que se respira desde la apabullante derrota del domingo pasado a manos de Axel Kicillof. “Es espectacular”, pareció exagerar ante Infobae uno de los hombres más importantes del gobierno provincial. Y agregó: “Todos los funcionarios que se fueron de provincia a Nación nos terminaron ayudando mucho más desde ahí”. Mencionó al ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, y al titular del PAMI, Sergio Cassinotti. También a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, de excelente relación con Vidal y mujer de su jefe de Gabinete, Federico Salvai.

 

Pero, más allá de celebrar la llegada de Lacunza al gabinete provincial, el entorno de Vidal celebró la renuncia de Nicolás Dujovne: “El vínculo era malo, nos cagó con el fondo del Conurbano”. La gobernadora jamás le perdonó al ministro saliente que nunca haya avalado la actualización de ese monto pese a la altísima inflación del último tiempo.

 

En la provincia esperan ahora que, desde el Ministerio de Hacienda, Lacunza pueda tomar algunas medidas que contribuyan a mejorar las cuentas de la administración bonaerense. De todos modos, a dos meses de la elección a gobernador todo parece demasiado tarde.

 

A raíz de esta expectativa, y contrariamente a lo que muchos podrían suponer, Vidal no tomó nada mal la salida de Lacunza. “No nos dejaron adelantar las elecciones, pero nos adelantan la salida de un ministro”, se animó a bromear un integrante del gabinete bonaerense apenas trascendió la noticia.

 

Una vez más, el destino del Presidente y la gobernadora vuelven a quedar atados. Los dos parecen tener poco margen para revertir el resultado electoral de las PASO. De acá a octubre ambos tienen un desafío doble: gobernar y apuntalar sus candidaturas. No sobra tiempo para seguir pasándose factura. En todo caso, eso quedará para más adelante.

 

El otro dato que surge de estos cambios es que Horacio Rodríguez Larreta, que también tiene por delante la doble tarea de gobernar la Ciudad y no descuidar su candidatura, empieza a jugar un rol clave también en el tablero nacional.