La actividad del Kilauea provocó el desalojo de cientos personas que vivían al pie de sus laderas.

Un sismo de magnitud 5,7 sacudió la Isla Grande de Hawaii y se sintió desde Hilo a Kona, aunque no generó un tsunami.

 

Mientras tanto, el estado norteamericano sigue lidiando con la erupción del volcán Kilauea, que obligó a cientos de personas a dejar sus hogares, luego de un día de nubes de cenizas rosadas, emanaciones tóxicas y flujos de lava.

 

El gobernador de Hawaii, David Ige, decretó el estado de emergencia para movilizar a todos los servicios y fondos del Estado vinculados a catástrofes naturales. Las erupciones dañaron casas ubicadas a los pies del volcán.

 

Los residentes evacuados fueron albergados en centros comunitarios hasta que pase el peligro causado por el Kilauea, uno de los volcanes más activos del mundo.

 

“Por favor estén alertas y preparados para mantener a salvo a sus familias”, escribió Ige en su cuenta de Twitter.

 

Desde el lunes Hawaii fue escenario de una decena de temblores y sismos menores, de magnitud 2.

 

Hawaii, con frecuencia llamada la Gran Isla, es la mayor de las ocho principales que componen este Estado estadounidense del Pacífico, un archipiélago de 137 islas.