Era uno de los aspirantes a policía que sufrieron una descompensación a causa de un inhumano entrenamiento sin hidratación durante su primer día en la Escuela de Policía. La cúpula de la institución está detenida. El joven de sólo 18 años falleció en la madrugada de este sábado a causa de una falla multiorgánica. “A mi hijo lo mataron, quiero justicia”, reclamó Roque Garay, el papá de Emmanuel.

La muerte de Emmanuel Garay (18), uno de los 12 cadetes que terminaron internados a raíz del entrenamiento extremo de la Escuela de Cadetes de La Rioja, provocó un giro en la investigación que busca esclarecer los hechos detrás de la instrucción. Así lo hizo saber hoy el fiscal general Hugo Montivero, quien modificó la carátula de la causa de “lesiones graves” a “homicidio”.

 

“Hoy se realizará la autopsia”, informó Montivero.

 

El fiscal federal de La Rioja indicó que anoche “se imputó y se ordenó la detención de ocho personas”, entre ellos los cuatro comisarios y cuatro oficiales que estaban a cargo del entrenamiento y que ya habían sido encarcelados tras conocerse el hecho.

 

Garay falleció hoy como consecuencia de un paro cardíaco luego de estar internado durante cinco días.

 

El joven, junto a otros 11 cadetes, debió ser trasladado este lunes al Hospital Enrique Vera Barros, de la capital provincial, después de que fueran obligados a realizar ejercicios extremos a 40 grados de calor entre las 5 y 13 del lunes.

 

Los familiares de los cadetes sospechan que no solo hubo negligencia durante la instrucción, sino también abusos policiales de diverso tipo, como “bailes” -así eran llamadas las prácticas de la Escuela a las fatigosas instrucciones- o a la negativa de los superiores a darles agua.

 

“La instrucción fue salvaje e inhumana“, afirmó Adrián Garay, hermano de Emmanuel. Según reveló, uno de los instructores habría dicho durante el entrenamiento sobre el joven fallecido que, “si se tiene que morir, que muera”.

 

“Mi hermano no soportó un ataque al corazón. Nuestra familia está destruida. Era nuestro hermano más chico, de 18 años. El lunes fue su primer día en la Escuela de Oficiales y esa tarde ya estaba en coma, luchando por su vida”, añadió Adrián en declaraciones al canal TN y A24.

 

El último parte médico brindado por el Hospital Vera Barros, indicaba que Garay que se encontraba “en estado crítico, con pronóstico reservado y un seguimiento de hora a hora”.

 

La ministra de Salud provincial, Judit Díaz Bazán, en un posteo en las redes sociales manifestó sobre la muerte de Garay: “Muy dolida, en el hospital. Profundo dolor que nos atraviesa a todos los riojanos. QEPD (Que en paz descanse)”.

 

Los restos del joven serán velados en la localidad de Portezuelo, departamento Facundo Quiroga.

 

La salud del resto de los policías

Los otros 11 cadetes que fueron sometidos al “baile” también padecían cuadros similares y graves de deshidratación a los de Garay, pero se encuentran fuera de peligro.

 

Ayer, tres de los ingresantes hospitalizados fueron dados de alta y uno que estaba en terapia intensiva mejoró sensiblemente, al ser trasladado a una sala común de atención médica. En cambio, otros dos jóvenes siguen en terapia intensiva, informaron desde el hospital Vera Barros.

 

Conmoción en el gobierno riojano

Tras conocerse el escándalo, el gobernador de La Rioja Sergio Casas dispuso la inmediata remoción de la cúpula de la Escuela de Oficiales de la Policía provincial y abrió una investigación interna para determinar la responsabilidad de cada uno de los directivos de la institución.

 

La medida abarca desde la autoridad de máximo rango del instituto, hasta el instructor a cargo, siguiendo la cadena de
mandos que tienen a cargo los alumnos, de entre 19 y 26 años, aspirantes de la policía.

 

La Secretaria de Seguridad, mediante resolución administrativa, dispuso la intervención de carácter inmediato a través de la Dirección de Asunto Internos, del Instituto de Seguridad, que estará a cargo del comisario René Maldonado.

 

“La escuela va a cambiar, tiene que cambiar porque esto que ha pasado es grave y amerita una revisión profunda; no sólo de análisis médicos respecto a la salud de los inscriptos, sino
también del entrenamiento físico, protocolo áulico y todas las cuestiones”, se comprometió el ministro de Gobierno a cargo, Juan Luna.

 

Según revelaron el fiscal y los propios familiares de los cadetes, no fue la primera vez que ocurría un episodio semejante en la institución pero “nunca de esta magnitud”.