La mediática habló y dio su versión de lo ocurrido. Anoche llegó a la emisora y no la dejaron entrar. ¿Quién se lo comunicó? ¿Por qué la sacaron del aire?

“No puedo más, no puedo más”. Así atiende Natacha Jaitt (40) el llamado de Clarín. Son cerca de las 9 de la mañana y recién acaba de salir del Hospital Fernández, donde afirma que estuvo poco más de tres horas internada. “La presión me quedó por el piso, imaginate. Viví una tensión muy grande”, sostiene, entre suspiros.

 

Anoche, la mediática llegó al edificio de radio Mega como todos los días para conducir El Ascensor, el ciclo que lideraba por esa emisora (FM 98.3), pero no la dejaron entrar. “Me prohibieron la entrada, estaba la puerta cerrada con llave y nunca me quiso abrir el de seguridad”, asegura.

 

Con la voz cargada de bronca, remarca una y otra vez que ella es “una laburante” y el “sostén de familia”. Y afirma, aunque los rumores del final de su programa ya estaban instalados, que ella “no tenía idea de nada” de lo que iba a pasar.

 

Así, calmada pero triste y enojada por el abrupto desenlace, Jaitt se presta a un extenso diálogo para dar su versión de lo ocurrido.

 

-¿Qué pasó, Natacha?

 

-A la tarde, antes de ir a trabajar, leí cosas raras en Twitter. Leí que me empezaban a chiflar mis seguidores cosas como “Natacha con las patitas en la calle”. Dije: “¿Perdón? ¿De qué están hablando?”.

 

-¿Vos no sabías nada?

 

-Nada. Y El Ascensor es mío, no soy empleada de un programa de ellos. Por lo tanto yo tengo un contrato de 3 años con Mega en el que las dos partes tenemos la posibilidad de rescindirlo en caso de que bla, bla, bla…

 

-¿En el caso de…?

 

-En incumplimiento siempre estuvieron ellos. Yo me la banqué. Me hicieron la vida imposible. Le dieron vía a libre como al estúpido este, el descerebrado, ¿cómo se llama el bobo? ¡Baby Etchecopar! La Negra Vernaci también habló mal de mí. Esas son cosas prohibidas dentro de la lógica de una empresa. No podés criticar a tus compañeros.

 

-¿Qué sentís?

 

-Es como que me venían queriendo cansar. No me podían echar, yo no soy una empleada. Me podían estar matando pero yo al laburo nunca falté y nunca dejé de cumplir. Además, más allá de los temas subidos de tono, nunca tuve multas de nada.

 

“​Me banqué muchas cosas. Ellos me hicieron la vida imposible.

 

-¿Hace cuánto estabas en la radio?

 

Hice el traspaso hace 7 meses, desde radio Belgrano. Yo nunca dejé de tener mi programa. Sólo traspasé de radio, de dial. Me pasé en el verano.

 

-¿Te quedaban dos años de contrato?

 

-Me quedaban dos años y pico, claro. Igual acá lo peor es que no hubo un aviso, un preaviso, una carta documento ni una reunión. Absolutamente nada. Se me denegó la entrada al trabajo.

 

-Contame cómo fue ese momento.

 

-Como ya había leído algunas cosas en Twitter le pedí a mi hermano Ulises que me acompañe. Llegué y estaba la puerta cerrada con llave. Le pedí pasar al de seguridad y me dijo que estaba prohibida mi entrada.

 

-¿Sólo eso te dijo?

 

-Me dijo que le habían avisado por mail. Justo estaban los de Intrusos, así que eso se va a poder ver hoy en el programa.

 

-¿Justo estaban? ¿No es mucha casualidad?

 

-No, desde el escándalo con los Latorre siempre hay cámaras en la puerta.

 

“​Llegué y estaba la puerta cerrada con llave. Le pedí pasar al de seguridad y me dijo que estaba prohibida mi entrada.

 

-Ok. ¿Cómo siguió todo?

 

-Traté de calmarme. ¿Qué voy a hacer, romper todo? No, no es mi estilo. Volví a casa, y ahí me empecé a sentir mal. Me bajó la presión. Yo estaba con mis hijos. Le pedí a Ulises que se quede con ellos. Fui al hospital y quedé con la presión en el piso. Hasta que se levantara no me dejaron salir. Me dieron tres bolsas de suero, tenía vómitos.

 

-¿A qué hora fuiste al hospital?

 

-Llegué al Fernández a las 5 de la mañana. Recién ahora me voy.

 

-¿Pasos a seguir?

 

-Se viene la carta documento, se vendrá el juicio. Será millonario, seguramente. Desarmarán Mega, todo, se caerá el edificio. Esto no es una pavada. Además, de las cuestiones de salud tengo todos los papeles en la mano.

 

-¿Qué pensás que fue lo que pasó?

 

-Para mí tiene que ver Fernando Burlando (abogado de los Latorre).

 

-¿Vos creés que viene por el lado de Burlando y no de Elizabeth Vernaci o de Baby Etchecopar, que la mencionaste antes?

 

-No, no. Acá hay una corrupción, hay un dinero. Acá alguien pagó. Dijo: “¿Cuánto sale sacarse de encima a esta hija de p…?”. Yo tengo pautas mías, personales, a las que ahora tengo que darle una explicación. ¿Ahora qué hago? Para mí acá alguien puso la plata. Pusieron un valor para sacarme.

 

-¿Y ahora?

 

-Es todo impresentable. Todo delirante. ¿Cómo te van a dejar sin trabajo a las 12 de la noche? Por un e-mail que le mandaron al de seguridad, es como que te eche la que limpie, sin desmerecer el puesto, pero no corresponde. Podrían haberme llamado, decirme “tenemos que hablar”. Pero no. Por eso creo que hay una mano negra, bien negra.