El pedido para que el candidato presidencial se acerque a “la gente”, el objetivo Córdoba y la dificil tarea para que voten a Aníbal Fernández.

“Daniel tiene que volver a lo que sabe hacer. Como hace en el verano en Mar del Plata, que sale a correr y termina hablando con todo el mundo en la Rambla. Daniel tiene que hacer que lo toquen”, detallaba el intendente con un entusiasmo que casi lo devenía en un Durán Barba del Conurbano.

 

El llamado a ese roce con el hombre y la mujer de a pie resulta una heramienta electoral que varios en el peronismo bonaerense pretenden que incorpore el candidato presidencial. Y ponen como ejemplos tanto a Cristina como al hoy archienemigo Sergio Tomás Massa; a la Presidenta, por terminar los actos a pura selfie y al jefe del Frente Renovador, quien se zambulle literalmente en abrazos, besos y mateadas durante sus recorridas.

 

“Daniel ni sabe lo que es una selfie”, se resigna el alcalde que quiere al Scioli de campaña en lugar del que hoy por hoy, pide que le armen actos todo el tiempo pero que resigna el contacto “con la gente”.

 

El objetivo de la mesa chica del candidato presidencial del Frente para la Victoria es sumar votos en dos distritos: Córdoba y provincia de Buenos Aires; en este último, apuestan al segundo cordón del Conurbano. Allí, sucederán desde ahora con más intensidad las presencias del propio Daniel Osvaldo como las de Karina Rabolini, finalmente direccionada a la provincia mayor.

 

La obsesión por Córdoba -distrito donde le va muy mal electoralmente al kirchnerismo- es explicada de modo simple entre los pejotistas que quieren a los gobernadores e intendentes sumando junto a Scioli desde el peronismo: José Manuel De la Sota obtuvo 650.000 votos en Córdoba para las PASO Presidenciales y esos votos han quedado “huérfanos”. Confiados en que no sumarán para el lado de Massa, aspiran a lograr al menos un 30% de esos votos.

 

El hecho final de esa avanzada peronista cordobesa será el próximo 15 de octubre, con un acto con Scioli y todos los gobernadores presentes.

 

Otor round a afrontar es lograr que la boleta del Frente para la Victoria entre completa. Este desafío es entre quienes enfrentaron a Aníbal Domingo Fernández en la interna del pasado 23 de agosto. Entre rencores aún no saldados, hay alcaldes que no logran convencer a su tropa para que “juegue bien” a pesar de que el 25 de octubre es la fecha decisiva.

 

Una muestra de eso sucedió en La Matanza. El intendente local fue el compañero de fórmula de Julián Andrés Domínguez en la interna bonaerense y se dijo “de todo” con Fernández en medio de la disputa.

 

Hoy, Fernando Espinoza resolvió sus cuitas con el jefe de Gabinete y pide a los suyos que voten lista completa. Pero para eso necesitó tres encuentros, pues su militancia aún no digiere todo lo sucedido.

 

Espinoza comenzó con un encuentro con su núcleo más cerrado: veinte personas en el Centro de Ex Combatientes. Luego, uno de cincuenta dirigentes en el Centro de Panaderos. Y finalmente, uno con casi mil personas en el que se tuvo que subir a una silla y ordenar, a los gritos, que “vamos a votar a Daniel, a Aníbal y a Verónica, todos metemos la lista completa”.

 

El llamado a votar a Scioli, Aníbal y a la candidata a intendenta de Matanza, Verónica Magario, sorprendió tanto a los suyos que un dirigente local le pidió: “Aflojá, Fernando…”.

 

De todos modos, estos son días donde los llamados entre funcionarios nacionales, bonaerenses e intendentes tratan de ajustar clavijas en territorios donde los votos a Presidente no fueron tan abundantes como los que lograron los caciques locales. Las miradas principales apuntan a Berazategui y San Nicolás, entre otros.