La jefa de Estado brindó el último discurso de su gestión ante una multitud que colmó la Plaza de Mayo. Se refirió a la polémica por el traspaso de mando y criticó con dureza a la Justicia.

Faltaba un minuto para las 20 cuando Cristina Kirchner salió de la Casa Rosada en dirección al escenario que se había montado frente a la fachada orientada a una Plaza de Mayo colmada de militantes. Así estaba programado en la organización que cuidó al detalle Javier Grosman, director de la Unidad Ejecutora Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810-2010.

 

La mandataria -que había hablado durante media hora en el Hall de Honor de la Casa de Gobierno, donde descubrió un busto de su esposo- no tardó en llevar su discurso hacia la disputa que mantuvo en los últimos días con el gobierno entrante a propósito de la ceremonia de traspaso de mando, que mañana la tendrá como gran ausente. Y no demoró tampoco en cuestionar el fallo de la jueza María Servini de Cubría que estableció que su mandato vencía a las 23:59 de hoy y luego comenzaba el de Mauricio Macri. “A las 12 me convierto en calabaza”, ironizó.

 

“Me hubiera gustado entregar el poder en el Congreso, entregar los atributos ante la Asamblea Legislativa”, afirmó, antes de recordar que desde 1989 hasta su primera gestión presidencial se desempeñó como legisladora. La Presidente resolvió ayer no asistir a esa ceremonia en virtud del contenido de esa sentencia.
La Plaza de Mayo estuvo colmada en el último acto de Cristina Kirchner como presidente
Télam

Cristina Kirchner, quien ya había cargado contra lo que denominó “partido judicial”, usó el sarcasmo para objetar la decisión de la magistrada: “He visto muchas medidas cautelares, contra la ley de medios, contra los decretos del Poder Ejecutivo, pero en mi vida pensé que iba a ver un presidente cautelar en el país”.
La afirmación, que aludía a la titularidad interina que tendrá Federico Pinedo hasta la jura de Macri, mereció cánticos de quienes asistieron contra el nuevo gobierno.

 

“No podía creer lo escrito en letras de molde, luego de que el pueblo concurrió tres veces a las urnas en virtud a lo que dice la Constitución, me costó ver un presidente de una sentencia que nadie había votado. Será que la próxima vez tendremos que votar presidente previsional en la boleta”, lanzó. Y sostuvo que este final de gobierno “no lo merecía ningún argentino, ni el 51% que los votó ni el 49% que lo hizo por nosotros”.

 

Denunció así que se “violentó la constitución” y apuntó: “Mientras nos enroscamos en la discusión por la banda y el bastón nos siguen pasando elefantes por atrás. Mientras tanto, comienzan a surgir los primeros problemas: los precios, a partir de declaraciones y acciones”.

 

Luego de estos lamentos, comenzó a repasar su gestión: “Dejamos 119 nietos recuperados. Dejamos el ejemplo al mundo de que no hay impunidad y que no necesitamos ningún tribunal extranjero para hacernos cargo de nuestra historia y nuestra tragedia. Podemos mirar a los ojos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de HIJOS, que hemos dado respuesta al reclamo histórica de Memoria, Verdad y Justicia”.
La mandataria habló ante una multitud que se trasladó desde temprano a las puertas de la
“Podemos mirar a los ojos de los trabajadores para decirle que nunca los traicionamos, siempre tuvieron paritarias libres, nunca le reclamamos un pacto social de salarios. Podemos mirar a los ojos de los científicos, de los que volvieron y de los que se quedaron para hacer el aguante y decirles que les hemos reconocido sus derechos, haberes, sus conocimientos como nunca nadie lo había hecho antes”.

 

Y continúo: “Podemos mirar a los ojos de los trabajadores de prensa para decirles que nunca tuvieron la libertad que tuvieron durante nuestro gobierno hasta para difamar algunos y calumniar otros. Y también muchos decir lo que piensan, pero también ellos tienen una inmensa responsabilidad. Les pido a todos ellos que también actúen de la misma manera a partir de ahora. Tienen la responsabilidad frente a la sociedad. Podemos mirar también a los ojos de comerciantes, empresarios y productores, que estaban fundidos en el 2003 o que no existían ni como empresarios ni como comerciantes, y que hoy tienen empresa y comercio”.

 

También recordó a los docentes: “La primera medida de Néstor fue ir a Entre Ríos a levantar la huelga. No habían empezado las clases el 25 de mayo de 2003. Estamos destinando más del 6% del PBI para financiar la educación pública nacional y gratuita”.
“Podemos mirar a los ojos de los jóvenes universitarios, de los profesores de las universidades argentinas, aquellas que quisieron o las tuvieron como objeto de ajuste. Jamás en las últimas décadas no solo se habían creado tantas universidades sino que jamás las argentinas contaron con los recursos para poder desarrollar infraestructura, salario, inversión, trabajos, como los que han hecho durante estos últimos doce años y medio”.

 

“Podemos mirar a los ojos de nuestros jubilados que ganaban 200 pesos cuando Néstor se hizo cargo y que hoy luego de recuperar la administración de los recursos de los trabajadores que habían sido privatizados hemos dado cobertura provisional al 97% de la población argentina con una ley de movilidad jubilatoria ejemplar en el mundo”.

 

“Podemos mirar los ojos de los que aún no tienen trabajo o tienen un trabajo no registrado porque les hemos garantizado el derecho de la Asignación Universal por Hijo que le permiten educación y salud a nuestros niños”.

 

Uno de los puntos de la gestión que siempre destaca es Aerolíneas Argentinas: “Podemos mirar a los ojos no solo a los trabajadores sino a todos los argentinos que gracias a su recuperación pueden viajar y conectarse con todo el país y desarrollar el turismo. Sin aerolíneas no hay turismo. Sino pregúntenle a Iguazú, Calafate y Bariloche. En cada una de las provincias, algunas de las cuales, antes de que recuperemos Aerolíneas, iban dos vuelos por semana porque no eran rentables”.
En el final, mandó dos mensajes al nuevo gobierno: “La autoridad, no el autoritarismo, se construye logrando el respeto y la confianza del pueblo. La confianza de logra de una única manera, no hay formulas mágicas, no hay alquimias raras, no hay patentes de invención para construir confianza popular y social. La confianza se construye cuando cada argentino sabe que el que está sentado en el sillón de esta casa (Rosada) es el que toma las decisiones y que cuando lo hace, lo hace en beneficios de las grandes mayorías populares”.

 

Y concluyó: “Después de doce años y medio podemos mirar a los ojos de todos los argentinos. Saben que? Solo le pido a Dios una sola cosa: que quienes nos sucedan por imperio de la voluntad popular dentro de cuatro años pueda frente a una plaza como esta decirle a todos los argentinos que también puede mirarlos a los ojos”.