Este viernes a la medianoche, oficialmente el Reino Unido dejó de formar parte de la Unión Europea.

Es el primer país que abandona el bloque regional en un proceso complejo que duró más de tres años.

 

El primer ministro británico, Boris Johnson, en un mensaje televisado señaló que “lo más importante que hay que decir es que esto no es un final, sino un comienzo”. “Queremos que sea el inicio de una nueva era de cooperación amistosa entre la Unión Europea y un energético Reino Unido”, agregó.

 

Luego, explicó que “en parte se trata de utilizar estos nuevos poderes, esta soberanía reconquistada, para hacer realidad los cambios que el pueblo ha exigido mediante el voto”, y manifestó ventajas como “el control de la migración, la creación de puertos libres, la liberación de la industria pesquera, la posibilidad de alcanzar acuerdos comerciales o, simplemente, el cumplimiento de las leyes en beneficio de los británicos”.

 

“Creo que esto es lo democrático y lo correcto”, aseveró. Johnson lamentó así que la Unión Europea, a pesar de su “fuerza” y sus “admirables cualidades”, haya evolucionado durante los últimos 50 años en una dirección que “ya no encaja” con Reino Unido.

 

Sus palabras fueron trasmitidas en cadena nacional y en diversas pantallas gigantes en el centro de Londres, donde cientos de personas se congregaron para celebrar la salida de la UE.

 

La salida del Reino Unido de la UE implica que los británicos ya no estarán representado en instituciones europeas aunque comienza un período de negociaciones entre las autoridades británicas y el bloque regional para determinar el grado de relación entre las partes.

 

Durante el periodo de transición, Reino Unido seguirá acatando las normas de la UE y contribuyendo a su presupuesto. De hecho, permanece en la unión aduanera y en el mercado único, pero queda fuera de las instituciones políticas y del Parlamento.

 

Fuentes parlamentarias del Reino Unido expresaron que a fines de 2020 se podrá sellar el nuevo acuerdo de futuro, un plazo que desde la UE han avisado que no ven factible. No obstante, Londres cree posible alcanzar un entendimiento en los próximos meses y rechaza pedir una prórroga que permita ampliar el margen de negociación.