Crece el escándalo de Petrobras.

Las denuncias por la corrupción en Petrobras no han dejado en paz al gobierno de Dilma Rousseff. La más nueva trascendió ayer y proviene de un ejecutivo de una empresa brasileña, la Toyo Setal, que provee a la petrolera estatal de módulos para las plataformas offshore. Se trata de Augusto Ribeiro de Mendonça Neto, detenido temporariamente por la policía en noviembre junto con representantes de otras grandes firmas constructoras locales. Acogido a la “delación premiada”, el hombre denunció que se pagaron coimas al Partido de los Trabajadores bajo la imagen legal de “donaciones oficiales” de campaña. Esto habría ocurrido en los años 2010 y 2011.

Según Ribeiro, las coimas eran entregadas al ex director de Energía y Servicios de Petrobras, Renato Duque, como si fueran “aportes” clásicos durante el período electoral, que son oficializados por los partidos ante el Supremo Tribunal Electoral. El PT rechazó esa versión y afirmó que ha “recibido” contribuciones “conforme a lo que estipula la ley electoral vigente”. En el comunicado de la organización oficialista se indicó también que “el propio declarante (Ribeiro) reconoció que fue el secretario de Finanzas del PT quien le informó cómo debía efectuarse la donación en la cuenta bancaria del partido”.